¿Por qué tartas? Hace apenas un año, decidimos echar el día en el famoso barrio de Malasaña, ya que estábamos grabando un documental sobre la Movida Madrileña, y, al fin y al cabo, es la zona en la que se hallan más bares y lugares emblemáticos de la época. Estuvimos buena parte de la mañana paseando, grabando, sacando fotos, etc.; hasta que llegó la hora de comer. Fue uno de esos momentos en las que una de nosotras dijo “¡conozco un sitio!” y nos llevó a un local pequeñito en un callejón perpendicular a la plaza del Dos de Mayo en el que vendían trozos de pizza para llevar. Nos comimos los trozos en mitad de la plaza y, al acabárnoslos, como era principios de diciembre, pensamos que sería inteligente refugiarnos en algún lugar acogedor en el que no se nos helasen los huesos.

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Es así como terminamos entrando en Acquolina, una pastelería que daba también a la plaza, y que tenía en su expositor tartas con una pinta envidiable. Había tartas de todo tipo, y cada una se pidió una para compartir entre todas. No sabemos si fue el ambiente silencioso, la música tranquila, el sabor de las tartas, la temperatura tan agradable…¡o todo a la vez! El tema es que salimos de allí al cabo de un buen rato hablando de cuándo volveríamos y qué sabor nuevo probaríamos a la próxima.

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Por circunstancias de la vida, no se dio la ocasión de volver, hasta que en verano, cada vez que hablábamos, siempre salía el tema: “hay que volver al sitio de las tartas en cuanto volvamos a Madrid…”. Entonces, nos dijeron que teníamos que hacer un blog sobre un tema que nos apasionase, nuestras cabezas hicieron click a la vez, y lo vimos claro. Para empezar, teníamos la excusa perfecta para volver a plantarnos en Acquolina (lo cual hicimos), pero también, vimos un mundo de posibilidades sobre cómo abordar el tema, así como gran variedad de medios a emplear para dar con el mejor resultado. Y en ello estamos.