Historia de la pastelería japonesa
- tartessosmadrid
- 11 nov 2022
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 28 nov 2022
Autora: Montserrat de la Torre

El interior de una pastelería japonesa. Fuente: © Darth Liuh
Si algo caracteriza a Japón es la delicadeza, la minuciosidad y el perfeccionismo. Por ello, su pastelería sigue estos principios. Además, como toda la gastronomía de este país, los ingredientes naturales y estacionales son los protagonistas de cada postre.
Se emplean vegetales, frutos de cada estación y se cuida mucho la estética, los colores y la presentación. Se podría decir que la pastelería de Japón entra por los ojos.
A lo largo de su historia se ha dividido en dos ramas principales: Una que sigue la tradición (Wagashi) y otra más vanguardista que se ha adaptado y busca una combinación con elementos occidentales, con nuevas texturas, sabores e ingredientes (Yogashi).
Las texturas más recurrentes son la esponjosidad, la suavidad de los sabores, la ligereza. Además, una de las cosas más interesantes es la necesidad de tiempo, dedicación y técnica minuciosa que se necesita para elaborar estos postres de la forma correcta. Gracias a estas técnicas, la apertura al mundo occidental ha hecho que su forma de hacer tartas y pasteles se pongan entre las más aclamadas del mundo al estar costumbrados a hacer pequeños bocados muy decorados como los Wagashi.
Algunos de los postres más famosos de esta repostería son los dorayakis, los mochis o los taiyaki. Las crepes, aunque son de origen francés, son muy populares en Japón. Tanto, que han hecho su propia versión más esponjosa.
Esta particular forma de cuidar la repostería se está expandiendo y triunfando en gran parte del mundo. Tanto, que ha llegado hasta Getafe, a la pastelería MonroeBakes, la cual el equipo Tartessos hemos ido a visitar .
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